Si con tu belleza se pagase hacienda,, ya estuvieses arruinada
Y experimentamos. Gocé tanto de aquella experiencia que, al marchar de la mazmorra que Klum tenía habilitada en su casa, me prometí regresar a ella lo antes posible. Me habían enloquecido sus penitencias, los castigos que me había impuesto. Y estaba presto a probar cosas nuevas. Sigue leyendo