Es que no veo nada, le respondí
(nota: si este es su caso la solución es muy fácil, hágase la gatita, entrecierre los ojos, mire al suelo entristecida, muévase con lentitud y siempre y en toda circunstancia un poco detrás de él, que no hay nada más sencillo que mentir a un hombre que persigue el propósito) Sigue leyendo
